Miso, es una palabra que significa literalmente “fuente de sabor“. Es una pasta que se obtiene a partir del grano de soya fermentado con sal marina y cultivo de koji (el hongo aspergillus oryzae). Algunas recetas utilizan sólo este grano triturado, otras le adicionan cereales como el arroz, la cebada o el centeno. El proceso de fermentación puede durar desde unos días hasta años. El miso es extremadamente salado y se utiliza principalmente como condimento para sopas, aderezos para ensaladas y encurtidos de verduras.
El miso, lo podemos conseguir en distintas versiones e intensidades, ¡un aproximado de 1.300 variedades!, esto es gracias a que cambia mucho el producto final según la duración de la fermentación, las mezclas de granos o cereales que contenga o hasta en qué recipiente fue almacenado mientras estaba en el proceso de preparación.
¿A qué sabe el miso?
El sabor del miso puede ser dulce, salado, suave o picante dependiendo del color del miso. Cuanto más claro es el color, menos intenso suele ser el sabor. El miso blanco o amarillo es de sabor suave y ligeramente dulce, mientras que el miso rojo o marrón tiene un sabor profundo. Un tiempo de fermentación más largo, más sal y menos koji ayudan a mejorar el sabor umami y el color más oscuro.
Beneficios del miso
- Mejora la digestión: los probióticos (A. oryzae) que se encuentran en el miso pueden ayudar a reducir los síntomas relacionados con los problemas digestivos.
- Fortalece el sistema inmunológico: su gran contenido de probióticos y nutrientes estimulan la inmunidad. Las dietas ricas en probióticos, son útiles para reducir el riesgo de enfermarse e incluso ayudan a una recuperación más rápida de infecciones como un resfriado común, según una investigación.
- Aporta antioxidantes: el miso es rico en antioxidantes que protegen las células del cuerpo humano contra el daño de los radicales libres.
Cómo se utiliza el miso en la cocina
Aunque se utiliza generalmente para la elaboración de caldos y sopas, su sabor umami aporta un delicioso toque a muchos más platos. Algunos ejemplos son:
- Para reemplazar los cubos de caldo para marinar tofu, vegetales, e incluso seitán.
- Para dar sabor y aportar mayo poder nutricional a todo tipo de arroces y pastas.
- Para dar sabor a margarinas que luego se utilizan para condimentar verduras.
- Como aderezo salado y quesudito para quesos veganos hechos en casa.
Y tu, ya lo probaste?, qué tal te parece? a nosotros nos encanta!
